viernes, 18 de junio de 2010

POSIBLES SELECCIONES

  • LA SOLEDAD, el sentirse y el saberse solo, desprendido del mundo y ajeno a sí mismo, separado de sí, no es característica exclusiva del mexicano. Todos los hombres, en algún momento de su vida, se sienten solos; y más: todos los hombres están solos. Vivir, es separarnos del que fuimos para internarnos en el que vamos a ser, futuro extraño siempre. La soledad es el fondo último de la condición humana. El hombre es el único ser que se siente solo y el único que es búsqueda de otro. Su naturaleza —si se puede hablar de naturaleza al referirse al hombre, el ser que, precisamente, se ha inventado a sí mismo al decirle "no" a la naturaleza— consiste en un aspirar a realizarse en otro. El hombre es nostalgia y búsqueda de comunión. Por eso cada vez que se siente a sí mismo se siente como carencia de otro, como soledad. Uno con el mundo que lo rodea, el feto es vida pura y en bruto, fluir ignorante de sí. Al nacer, rompemos los lazos que nos unen a la vida ciega que vivimos en el vientre materno, en donde no hay pausa entre deseo y satisfacción. Nuestra sensación de vivir se expresa como separación y ruptura, desamparo, caída en un ámbito hostil o extraño. A medida que crecemos esa primitiva sensación se transforma en sentimiento de soledad. Y más tarde, en conciencia: estamos condenados a vivir solos, pero también lo estamos a traspasar nuestra soledad y a rehacer los lazos que en un pasado paradisíaco nos unían a la vida. Todos nuestros esfuerzos tienden a abolir la soledad. Así, sentirse solos posee un doble significado: por una parte consiste en tener conciencia de sí; por la otra, en un deseo de salir de sí. La soledad, que es la condición misma de nuestra vida, se nos aparece como una prueba y una purgación, a cuyo término angustia e inestabilidad desaparecerán. La plenitud, la reunión, que es reposo y dicha, concordancia con el mundo, nos esperan al fin del laberinto de la soledad…

  • …El dualismo inherente a toda sociedad, y que toda sociedad aspira a resolver transformándose en comunidad, se expresa en nuestro tiempo de muchas maneras: lo bueno y lo malo, lo permitido y lo prohibido; lo ideal y lo real, lo racional y lo irracional; lo bello y lo feo; el sueño y la vigilia, los pobres y los ricos, los burgueses y los proletarios; la inocencia y la conciencia, la imaginación y el pensamiento. Por un movimiento irresistible de su propio ser, la sociedad tiende a superar este dualismo y a transformar el conjunto de solitarias enemistades que la componen en un orden armonioso…

  • …EL AMOR es uno de los más claros ejemplos de ese doble instinto que nos lleva a cavar y ahondar en nosotros mismos y, simultáneamente, a salir de nosotros y realizarnos en otro: muerte y recreación, soledad y comunión. Pero no es el único. Hay en la vida de cada hombre una serie de períodos que son también rupturas y reuniones, separaciones y reconciliaciones. Cada una de estas etapas es una tentativa por trascender nuestra soledad, seguida por inmersiones en ambientes extraños….

  • …El niño se enfrenta a una realidad irreductible a su ser y a cuyos estímulos no responde al principio sino con llanto o silencio. Roto el cordón que lo unía a la vida, trata de recrearlo por medio de la afectividad y el juego. Inicia así un diálogo que no terminará sino hasta que recite el monólogo de su muerte…

  • …EL SENTIMIENTO de soledad, nostalgia de un cuerpo del que fuimos arrancados, es nostalgia de espacio. Según una concepción muy antigua y que se encuentra en casi todos los pueblos, ese espacio no es otro que el centro del mundo, el "ombligo" del universo…

  • …Hubo un tiempo en el que el tiempo no era sucesión y tránsito, si no manar continuo de un presente fijo, en el que estaban contenidos todos los tiempos, el pasado y el futuro. El hombre, desprendido de esa eternidad en la que todos los tiempos son uno, ha caído en el tiempo cronométrico y se ha convertido en prisionero del reloj, del calendario y de la sucesión. Pues apenas el tiempo se divide en ayer, hoy y mañana, en horas, minutos y segundos, el hombre cesa de ser uno con el tiempo, cesa de coincidir con el fluir de la realidad. Cuando digo "en este instante", ya pasó el instante. La medición espacial del tiempo separa al hombre de la realidad, que es un continuo presente, y hace fantasmas a todas las presencias en que la realidad se manifiesta…

  • …El hombre moderno tiene la pretensión de pensar despierto. Pero este despierto pensamiento nos ha llevado por los corredores de una sinuosa pesadilla, en donde los espejos de la razón multiplican las cámaras de tortura. Al salir, acaso, descubriremos que habíamos soñado con los ojos abiertos y que los sueños de la razón son atroces. Quizá, entonces, empezaremos a soñar otra vez con los ojos cerrados…

  • …Detrás de las miradas, el sitio ausente, detrás de las palabras, el sonido extinguido, detrás de la piel, la derrota de los sentidos.

En la ciudad cantan las estaciones, pero nadie corta las flores, hay una multitud de miradas sin retorno y un gran baile de pasos confinados. En la ciudad sólo la soledad es inmensa.

No vivimos más que el mismo día; el sueño insondable de la tragedia; el naufragio de la existencia., los deseos y los temores agazapados en el hueco de la vida.

Náufragos en medio de nuestras cabezas, abandonados y hambrientos hemos comprendido que el amor se ha extinguido.

Estériles de luz, ya no podemos ver más que soledad y dolor.

Nos arrastramos en parajes indolentes, viajamos como pájaros sin piel hacia un destierro de metal.

El día se abre no con los ojos, sino con el recuerdo de nuestros sueños. Avanzando por la rutina de nuestros pasos, en medio de la ciudad inmensa en su soledad, desciframos los arcanos de nuestros deseos y nuestros temores; en nuestros sueños habitan los fantasmas del día. Deseamos amor, contacto, piel, tememos el arrasamiento de todo que nos deje al medio de la soledad más absoluta; tememos en definitiva que la fascinación insondable quede desnuda en su pobreza durante nuestro rutinario día.

Estamos solos en medio de todo, pero también dentro de nosotros, náufragos. Estériles de imaginación, estamos tan imposibilitados de ver al otro, de comunicar con otro, que ni siquiera nuestro vuelo imaginario es capaz de reconciliar a dos seres. El amor se ha extinguido.

Una muerte que vuelve todo indiferente, se pierden los paisajes donde la luz hacía emerger humanidad; arribamos como condenados al mundo “de metal”, donde nuestro sufrimiento es artificial y nuestras emociones un enlace a ningún puerto; yo y el otro devienen en un componente más; la diferenciación de los seres, los paisajes, las emociones símiles codificados. Y no es que estemos en medio de un futuro ficción, sino que nuestra nueva “humanidad” es la fría metáfora de un cable axial.

Una cosa no se ha codificado en su totalidad: la memoria. El retorno…



  • "La verdadera desesperanza no nace ante una obstinada adversidad ni el agotamiento de una lucha desigual. Proviene de que no se perciban más las razones para luchar e incluso que no se sepa si hay que luchar." Albert Camus.

  • Un ejemplo claro de está deshumanización se da en el metro, cuando uno viaja solo. La incomodidad de los usuarios se refleja claramente en primer lugar a la hora de decidir que asiento coger, no hay duda de que cada persona intentará sentarse en el lugar que menos personas halla a su alrededor, y que si otro individuo se sienta al lado suya, seguramente no levante la vista en casi todo el trayecto, y menos aun entablar conversación.

  • Correlativamente y en paralelo a la deshumanización, se da la desnaturalización del ser humano y la pérdida de sus dotes e instintos básicos. ¿Porque a diferencia de los animales, ya no sabemos cuándo va a llover o cuando va a surgir un terremoto u otro fenómeno de este tipo antes de que suceda? Científicamente hablando, estos fenómenos naturales son detectados por los animales gracias a las corrientes electromagnéticas, que conservan mucho más desarrolladas que nosotros. Así tenemos que los perros por ejemplo, saben que una persona va a morir porque cambia el impulso electromagnético que emiten sus funciones vitales. Aunque todo esto no deja de ser una simple hipótesis científica, puesto que en la realidad no existe nada seguro.

  • Todos los hombres, en algún momento de su vida, se

sienten solos; y más: todos los hombres están solos. Vivir

es separarnos del que fuimos para internarnos en el que

vamos a ser, futuro extraño siempre. La soledad es el

fondo último de la condición humana (Octavio Paz, El

laberinto de la soledad).



  • la soledad del hombre, esa soledad que es "el fondo último de la condición humana".

  • Soledad, la existencial y la psicológica. Para quien opte por la primera, aquellos representan toda una concepción de la especie humana, concepción enraizada en la angustia que se deriva de una situación de extrañamiento en el mundo.

  • Aún hoy se siguen contemplando los dos caminos del mismo modo en que Juan Pablo imaginaba su vida y la de María: como dos túneles incomunicados que no pueden encontrar un punto de acercamiento. Y ello no porque en este caso haya "un solo túnel, oscuro y solitario", sino porque los supuestos dos túneles siguen direcciones interpretativas paralelas.

  • Los momentos de depresión en mí ocupan la mayor parte de mi existencia, momentos en que todo me parece horrible; la sociedad en que vivimos, espantosa, y en que se me ocurre que es casi imposible comunicarse con los otros, como si habláramos lenguas distintas o como si estuviéramos gritando desde islotes diferentes y tratando de ayudarnos con gestos…Sábato Ernesto

  • Aunque la soledad del hombre es perenne, no sociológica sino metafísica, únicamente una sociedad como esta podía revelarla en toda su magnitud. Así como ciertos monstruos solo pueden ser entrevistos en las tinieblas nocturnas, la soledad de la criatura humana se tenía que revelar en toda su aterradora figura en este crepúsculo de la civilización maquinista (Hombres y engranajes. Heterodoxia, p. 18).

  • En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil (El túnel, p. 87).

  • Hundidos en el precario rincón del universo que nos ha tocado en suerte, intentamos comunicamos con otros fragmentos semejantes, pues la soledad de los espacios ilimitados nos aterra. A través de abismos insondables, tendemos temblorosamente los puentes, nos transmitimos palabras sueltas y gritos significativos, gestos de esperanza o de desesperación. Y alguien como yo, un alma que siente y piensa y sufre como yo, alguien que también está pugnando por comunicarse, tratando de entender mis mensajes cifrados, también se arriesga a través de frágiles puentes o en tambaleantes embarcaciones a través del océano tumultuoso y oscuro (p. 15; la versión definitiva del libro ofrece variantes y supresiones como la de este texto, razón por la que opto por citar la de 1963) 281 CAUCE. Núm. 14-15. BARRERO PÉREZ, Óscar. Incomunicación y soledad: Evolución de un ...

  • El túnel es la expresión más radical del distanciamiento entre el yo y el mundo que lo rodea, que lo cerca. Juan Pablo no solo lo siente ajeno a su propia existencia, sino que lo percibe como una amenaza a su integridad: A veces me encontraba perdido en la oscuridad o tenía la impresión de enemigos escondidos que podían asaltarme por detrás o de gentes que cuchicheaban y se burlaban de mí, de mi ingenuidad. ¿Quiénes eran esas gentes y qué querían? (El túnel, p. 100).

  • ¿qué es lo que verdaderamente angustia al personaje convertido en pájaro? No el hecho de la metamorfosis, sino el que "nadie, nunca, sabría que yo había sido transformado en pájaro". El que nadie, nunca (y la cursiva realzadora es del propio Sábato), sería capaz de comprender su nueva condición de ser diferente de los demás. La comunicación entre el protagonista del sueño y sus congéneres no es posible, y su aislamiento (que no la metamorfosis en sí misma) es el origen de su angustia.

  • Aumentar los arquetipos en el momento del cruce del umbral, en los solos por ejemplo, es el arquetipo de los sueños el que inicia la incomunicación.

  • Sentí como si el último barco que podía rescatarme de mi isla desierta pasara a lo lejos sin advertir mis señales de desamparo (El túnel, p. 162).

  • Estaba como inmovilizado por una especie de temor a atravesar aquellas regiones de la realidad en que parecía habitar el abuelo, el loco y hasta la propia Alejandra. Territorio misterioso e insano, disparatado y tenue como los sueños, tan sobrecogedor como los sueños …cruce del umbral...

  • …por razones metafísicas, de carácter existencialista, el encuentro absoluto entre los protagonistas de El túnel se hace imposible. No se trata de incompatibilidad psicológica [...]. De lo que se trata es de que la comunión es imposible porque "las subjetividades [...] están radicalmente separadas", para decirlo con palabras de Sartre.

  • No soy un resultado del amor: soy un subproducto de la náusea. Por incompatibilidad, el útero rechaza a ciertos espermatozoides. Cuando se largó la carrera y yo como un gil llegué primero, quise echarme atrás, pero el útero ya se había cerrado. Y yo adentro! Un corso. Todo anduvo mal de entrada. Y me encontré solo y desamparado en esa caverna húmeda y desconocida. [...] Aquella sensación me sigue, este viento helado que a veces me duerme un costado de la cara: la soledad infinita.

  • "Nuestro solitario cuerpo" (Abaddón, p. 252), por pertenecer a la naturaleza, termina por ser considerado como un objeto más, aumentando así su soledad [la del hombre], porque las cosas no se comunican: el país donde más perfecta es la comunicación electrónica es también donde la soledad de los hombres es más terrible" (Apologías, p. 130).

  • Concentro toda mi atención en el brazo, lo miro, realizo un esfuerzo, pero observo que no me obedece. Como si las líneas de comunicación entre mi cerebro y mi brazo estuvieran rotas. Muchas veces me ha sucedido eso, como si yo fuera un territorio devastado por un terremoto, con grandes grietas, y con los hilos telefónicos cortados. Y en esos casos, todo puede suceder: no hay policía, no hay ejército. Cualquier calamidad puede producirse, cualquier saqueo o depredación. Como si mi cuerpo perteneciera a otro hombre (Sobre héroes, p. 309).


  • Un ejemplo claro de está deshumanización se da en el metro, cuando uno viaja solo. La incomodidad de los usuarios se refleja claramente en primer lugar a la hora de decidir que asiento coger, no hay duda de que cada persona intentará sentarse en el lugar que menos personas halla a su alrededor, y que si otro individuo se sienta al lado suya, seguramente no levante la vista en casi todo el trayecto, y menos aun entablar conversación.

  • Correlativamente y en paralelo a la deshumanización, se da la desnaturalización del ser humano y la pérdida de sus dotes e instintos básicos. ¿Porque a diferencia de los animales, ya no sabemos cuándo va a llover o cuando va a surgir un terremoto u otro fenómeno de este tipo antes de que suceda? Científicamente hablando, estos fenómenos naturales son detectados por los animales gracias a las corrientes electromagnéticas, que conservan mucho más desarrolladas que nosotros. Así tenemos que los perros por ejemplo, saben que una persona va a morir porque cambia el impulso electromagnético que emiten sus funciones vitales. Aunque todo esto no deja de ser una simple hipótesis científica, puesto que en la realidad no existe nada seguro.